Por Nelson Rivera
Un mundo oscuro donde no sale el sol, destruido todo lo que había alrededor y con pocas señales de vida. Esto era lo que veía cuando desperté en el piso. Creía que todo esto no podía ser realidad y que solo era mi imaginación.
Estuve varias horas caminando por las ruinas en busca de señales de vida, pero no encontraba nada. Cuando estaba a punto de rendirme me apareció de repente una persona.
--¿Quién eres?-- me preguntó apuntando su espada. --¿Cómo que quién soy?-- respondí asustado. --Nunca te he visto por aquí, pero más importante te estarás preguntando qué ocurrió con este mundo-- dijo más calmada. --Así es-- dije con algo de ansiedad.
Justo cuando me comenzó a contestar, de repente apareció una presencia con deseos de eliminarnos. No sé cómo, pero logré esquivar su ataque. --¡Corre!-- me gritó. En ese momento detuvo a su enemigo con su espada, pero lo más increíble era que estaba rodeada de fuego. Logró derrotarlo fácilmente y nos fuimos.
Íbamos hacia el lugar donde se encontraban sus aliados. --Ah, olvidé decirte mi nombre-- dijo sorprendida. --Mi nombre es Ángela-- me dijo con una sonrisa y extendió su mano. Ahora te explicaré qué es lo que ha ocurrido. Debido a las grandes guerras entre las potencias, los ejércitos lograron crear una bomba más poderosa que la atómica y nuclear combinadas. Una vez fue lanzada el resultado fue tan catastrófico que eliminó prácticamente casi todo ser vivo en este planeta. No sé explicarte cómo logré ser de los pocos sobrevivientes. Nosotros éramos un grupo más grande de lo que somos ahora. La separación ocurrió debido a las decisiones de quien tendría el puesto mayor. Cross quería tomar mando, pero la mayoría no lo aprobó ya que tenía una naturaleza maligna. Él, junto con otros, se marchó y juró venganza.
--No puedo creer esto-- dije en voz baja. --¿Cómo obtuviste esa espada rodeada de fuego?-- le pregunté. Estas espadas son normales lo que ves que le rodea es la habilidad que adquirimos por el cambio que hubo en la atmósfera-- me contestó.--Me estás diciendo que yo poseo algo así también-- respondí alterado. --No lo sé, solo tú puedes saberlo- terminó diciéndome.
Cuando llegamos al refugio donde se encontraban los demás había solo una persona para recibirnos. Ángela se detuvo y tenía cara de terror.
--¿Qué tú haces aquí?-- dijo con furia. –¡Oh! ¿Es así como saludas a tu viejo amigo, Cross? Me hieres los sentimientos-- respondió sarcásticamente. ¿Qué has hecho con los demás?-- ella preguntó. --Te refieres a esos cadáveres que se encuentran adentro. Yo fui bien claro, les dije que iba a vengarme-- dijo riéndose histéricamente.
Estaba asustado ante la situación que nos encontramos y más aún sin saber la cara del oponente que estaba cubierto por una máscara.
--Quédate detrás de mí y cuando veas la oportunidad corre lo más lejos posible de aquí-- me dijo Ángela. --No correré, no puedo dejarte sola contra esa bestia-- le dije. Él te matará al igual que hizo con mis amigos, no quiero perderte a ti también-- respondió muy nerviosa. Si me consideras verdaderamente tu amigo, mas razón me da para quedarme para ayudarte-- dije con seriedad.
Cross ya no aguantaba más el diálogo de estos y lanzó el primer ataque. Parecía un rayo cayendo del cielo. Si no es porque me percato del ataque hubiéramos muerto instantáneamente. Ángela, al igual que yo, quedó sorprendida con la manera que pude evitar el ataque que vino a la velocidad de un rayo, pero no fue totalmente un éxito. Ella terminó con una leve quemadura y yo con la rodilla totalmente quemada. Fue un dolor que nunca había sentido. Ángela no podía continuar y me dio su espada diciendo: eres como nosotros, tus poderes son muy parecido a los de él, pero sé que tú triunfarás al final. Después que terminó perdió la consciencia por lo agotada que estaba.
--Terminemos con esto de una vez por todas, Cross-- grité con furia. –Veo que pensamos lo mismo muchacho-- respondió con maldad.
En ese último ataque lo único que se vio fue un gran rayo que se podía ver desde muy lejos. Fui victorioso, pero tuve suerte. Cuando me acerque al cuerpo de Cross le removí su máscara. Lo mas aterrorizante es que cuando vi su rostro vi que era, ¡yo mismo! En ese instante comencé a oír un ruido muy continuo y doloroso. Cuando lo descubrí era mi alarma para ir a la escuela. Lo más curioso es que la rodilla donde sufrí la herida tenía una cicatriz que solo puede ser por una quemadura. Realmente, ¿solo fue un sueño?
Un mundo oscuro donde no sale el sol, destruido todo lo que había alrededor y con pocas señales de vida. Esto era lo que veía cuando desperté en el piso. Creía que todo esto no podía ser realidad y que solo era mi imaginación.
Estuve varias horas caminando por las ruinas en busca de señales de vida, pero no encontraba nada. Cuando estaba a punto de rendirme me apareció de repente una persona.
--¿Quién eres?-- me preguntó apuntando su espada. --¿Cómo que quién soy?-- respondí asustado. --Nunca te he visto por aquí, pero más importante te estarás preguntando qué ocurrió con este mundo-- dijo más calmada. --Así es-- dije con algo de ansiedad.
Justo cuando me comenzó a contestar, de repente apareció una presencia con deseos de eliminarnos. No sé cómo, pero logré esquivar su ataque. --¡Corre!-- me gritó. En ese momento detuvo a su enemigo con su espada, pero lo más increíble era que estaba rodeada de fuego. Logró derrotarlo fácilmente y nos fuimos.
Íbamos hacia el lugar donde se encontraban sus aliados. --Ah, olvidé decirte mi nombre-- dijo sorprendida. --Mi nombre es Ángela-- me dijo con una sonrisa y extendió su mano. Ahora te explicaré qué es lo que ha ocurrido. Debido a las grandes guerras entre las potencias, los ejércitos lograron crear una bomba más poderosa que la atómica y nuclear combinadas. Una vez fue lanzada el resultado fue tan catastrófico que eliminó prácticamente casi todo ser vivo en este planeta. No sé explicarte cómo logré ser de los pocos sobrevivientes. Nosotros éramos un grupo más grande de lo que somos ahora. La separación ocurrió debido a las decisiones de quien tendría el puesto mayor. Cross quería tomar mando, pero la mayoría no lo aprobó ya que tenía una naturaleza maligna. Él, junto con otros, se marchó y juró venganza.
--No puedo creer esto-- dije en voz baja. --¿Cómo obtuviste esa espada rodeada de fuego?-- le pregunté. Estas espadas son normales lo que ves que le rodea es la habilidad que adquirimos por el cambio que hubo en la atmósfera-- me contestó.--Me estás diciendo que yo poseo algo así también-- respondí alterado. --No lo sé, solo tú puedes saberlo- terminó diciéndome.
Cuando llegamos al refugio donde se encontraban los demás había solo una persona para recibirnos. Ángela se detuvo y tenía cara de terror.
--¿Qué tú haces aquí?-- dijo con furia. –¡Oh! ¿Es así como saludas a tu viejo amigo, Cross? Me hieres los sentimientos-- respondió sarcásticamente. ¿Qué has hecho con los demás?-- ella preguntó. --Te refieres a esos cadáveres que se encuentran adentro. Yo fui bien claro, les dije que iba a vengarme-- dijo riéndose histéricamente.
Estaba asustado ante la situación que nos encontramos y más aún sin saber la cara del oponente que estaba cubierto por una máscara.
--Quédate detrás de mí y cuando veas la oportunidad corre lo más lejos posible de aquí-- me dijo Ángela. --No correré, no puedo dejarte sola contra esa bestia-- le dije. Él te matará al igual que hizo con mis amigos, no quiero perderte a ti también-- respondió muy nerviosa. Si me consideras verdaderamente tu amigo, mas razón me da para quedarme para ayudarte-- dije con seriedad.
Cross ya no aguantaba más el diálogo de estos y lanzó el primer ataque. Parecía un rayo cayendo del cielo. Si no es porque me percato del ataque hubiéramos muerto instantáneamente. Ángela, al igual que yo, quedó sorprendida con la manera que pude evitar el ataque que vino a la velocidad de un rayo, pero no fue totalmente un éxito. Ella terminó con una leve quemadura y yo con la rodilla totalmente quemada. Fue un dolor que nunca había sentido. Ángela no podía continuar y me dio su espada diciendo: eres como nosotros, tus poderes son muy parecido a los de él, pero sé que tú triunfarás al final. Después que terminó perdió la consciencia por lo agotada que estaba.
--Terminemos con esto de una vez por todas, Cross-- grité con furia. –Veo que pensamos lo mismo muchacho-- respondió con maldad.
En ese último ataque lo único que se vio fue un gran rayo que se podía ver desde muy lejos. Fui victorioso, pero tuve suerte. Cuando me acerque al cuerpo de Cross le removí su máscara. Lo mas aterrorizante es que cuando vi su rostro vi que era, ¡yo mismo! En ese instante comencé a oír un ruido muy continuo y doloroso. Cuando lo descubrí era mi alarma para ir a la escuela. Lo más curioso es que la rodilla donde sufrí la herida tenía una cicatriz que solo puede ser por una quemadura. Realmente, ¿solo fue un sueño?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario