(fragmento)
Por Desirée Velázquez
Durante la etapa de adolescencia, la autoestima de un joven fluctúa y depende del estado de ánimo de la persona. Entre la mayoría de ellos, se ha creado la tendencia de solo aceptar lo que esté de moda y rechazar todo aquello que es diferente. Sus influencias vienen mayormente de las modas, sus amistades, sus familiares, los medios de comunicación, y todo lo que se relacione con los sentimientos y las emociones. Aquellos que escogen no seguir con este esquema, muchas veces son excluidos de grupos sociales cuando solamente buscan la aceptación de los demás por naturaleza humana. Se les rechaza en actividades sociales o grupos de amistades y los denominan como “locos” o “raros”. Inmediatamente son estereotipados por su apariencia aún cuando no conocen su personalidad. Debido a esto, pueden producir sentimientos de inferioridad, odio y rencor.
En mi investigación, comparé la autoestima del adolescente actual con el monstruo de Frankenstein del clásico cuento de horror de Mary W. Shelley. Exploré los efectos del rechazo social y cómo se presenta este aspecto psicológico en el cuento cuando el monstruo no es aceptado por su propio creador ni por los demás, dado que tiene una apariencia horrorosa comparada con el ser humano común. Lo que el monstruo deseaba ser aceptado, querido y enseñado a vivir como cualquier otra persona pero fue apartado de todo por parecer peligroso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario