17 mayo 2006

Hugo Ríos, enigma hecho palabra

Martes, 25 de octubre de 2005
Por Valeria V. Cardona Soto

Un grupo de diez talentosas jovencitas entre las edades de dieciséis a diecisiete años nos retamos al entrevistar a un talentoso escritor mayagüezano de apariencia sencilla y engañadora. Autor de “Marcos sin retratos” y actual profesor de inglés en el Recinto Universitario de Mayagüez... No hablo de nadie más que de Hugo Ríos.

Mientras estudiamos sus cuentos y poemas surgieron muchas preguntas a las cuales no les teníamos contestación. Dudas que necesitaban explicación y ansias por tener de cerca a un escritor vivo. Nos inquietamos de tal forma que nuestra maestra, la señorita García, consiguió esta entrevista.

Ríos, a pesar de que nos dejó saber que los jóvenes lo confunden y le preocupan, aceptó cordialmente nuestra invitación. Contestó a nuestras inquietud y puso su límite al decirnos: “Eso es un poco difícil de contestar” o “Estas preguntas están difíciles”. Incluso señaló a nuestra maestra, con quien sostiene una gran amistad, de ser cómplice de algunas preguntas. Pero, ¿por qué titubeó y señaló de ser compinche a alguien para no contestarnos? Sólo se me ocurre y quiero pensar que él quedó sorprendido con las preguntas que le hicimos y no que, en algún momento, dudó de nuestra capacidad.

En sus cuentos, su género predilecto, notamos que su tema más tratado es la muerte. Éste nos dejó saber que está obsesionado con ella, que la misma tiene una identidad y que nada es casualidad. ¿Entonces, que opinión o concepción tendrá alguien como Hugo Ríos sobre Dios? Ríos piensa que el ateísmo no es algo feliz; que Dios es necesario y que se va acercando a Él a su manera. Dice, que Dios es para él una malla existencial.

La mayoría de los escritores que conozco son inspiradores, buscan el silencio, la música, una vista perfecta, entre otras cosas para escribir. Pero, ¿en qué se podrá inspirar Hugo para tratar el tema de la muerte? Una interrogante muy interesante, a la que comentó que la inspiración es un mito, no es como el viento. Para él es un destornudo y ha escrito desde en servilletas hasta en hojas.

“Siempre hubo curiosidad. Pero como todo uno nace, poco a poco se va haciendo. Y siempre me gustaba leer cositas así como de dinosaurios, planetas y enciclopedias. Fue en el 1995 cuando empecé a tomarlo bien en serio. Ahí fue que me cambié del departamento de historia a literatura y vi este mundo increíble. Luego, cuando gané mi primer premio dije: Wow!, hasta me dan dinero por hacer esto”. Contestó Hugo a una de las estudiantes que preguntó: “¿Siempre le ha gustado escribir o eso nació en algún momento particular?

No cabe duda de que el escritor argentino Jorge Luis Borges es la influencia más persistente de “Marcos sin retratos”. Lo que nos quedó claro en sus cuentos por dos temas recurrentes que son heredados de Borges: el espejo y el enemigo. Además, Hugo aceptó por igual que es frío en la escritura, como Borges.

Como todo ser humano, tiene una familia de donde surgen muchas de sus escrituras. Ríos, admite que heredó, de su padre, el color negro como el predilecto en sus cosas y su vestimenta. Y como padre, tiene una relación de mejor amigo con su hijo.

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